Posteado por: X | 25 May, 2011

FÓRMULA ELECTORAL

¿QUÉ CAMBIAR?

 

Ley electoral

Hablar de la necesaria reforma de la Ley electoral (LOREG 5/1985) va a ocupar unos cuantos posts, ya que es una ley que cuenta con graves defectos. Por ahora, vamos a centrarnos en examinar la fórmula electoral española, es decir, el sistema que se usa para convertir los votos que se dirigen a un partido en escaños que ese partido tendrá en el Congreso de los Diputados.

Esta fórmula electoral se llama Ley D´Hont y data del siglo XIX. En este post vamos a comentar dos de los principales problemas que genera y que suponen uno de los mayores vicios de nuestro sistema representativo (y, por tanto, de nuestra democracia). Así, esta fórmula genera:

  • la sobrerrepresentación de algunas provincias
  • y el excesivo peso de los partidos nacionalistas en el Congreso

 

Sobrerrepresentación

Esto hace referencia a  esa frase que todos, en uno y otro momento, hemos acabado escuchando y que dice: «el voto de los ciudadanos de la provincia X vale más que el voto de los de la provincia Y«. Pues bien, eso es efectivamente cierto.

El motivo por el que, aritméticamente, el voto de los ciudadanos de Soria o Segovia -por ejemplo- vale más que el de los de Asturias o Murcia, reside en la asignación automática de escaños que realiza la LOREG. Vamos a entrar un poco en la ley para entenderlo, pero de la manera más clara posible:

La LOREG establece que el Congreso tendrá 350 diputados, número fijo a diferencia del Senado. Para asignarlos señala que se van a repartir automáticamente 2 por provincia (es decir, se repartirán 102 escaños automáticamente) y los restantes (248) se repartirán en proporción a la población.

El problema reside en ese mínimo inicial de 2.

Si no se realizara esa asignación (que lo que busca, ojo, es teóricamente bueno: que todas las provincias, por muy poca población que tengan, estén representadas en el Congreso), habría provincias pequeñas, con 100.000 habitantes por ejemplo, que tendrían 1 diputado o incluso 0,5 (si dividiéramos los 350 diputados entre la población total de España -por ejemplo: 0’002 diputados por votante- y fuéramos repartiendo a cada provincia en función de su población)

De este modo, tras esa asignación automática, dentro de las provincias que finalmente tendrán «2 diputados»  encontramos:

    • por un lado, las que tienen muy poca población y a las que «se les ha hinchado el número» para que estén representadas en el Congreso (provincias que reciben los diputados «de hecho»)
    • por otro, las provincias que, por proporción poblacional, sí merecen esos 2 diputados (y que los reciben «por derecho»)

La sobrerrepresentación reside en que el voto de las personas que viven en la provincia que reciben los diputados por derecho vale, por tanto, MENOS que el voto de los ciudadanos que lo reciben de hecho.

Por ejemplo: Soria recibe 2 diputados cuando sólo debería tener 0’5, y Asturias recibe 2 diputados porque por población sí le corresponde (por ejemplo). Eso perjudica a los ciudadnos de Asturias, porque debido a esa fórmula, su voto acaba «valiendo», por así decirlo, menos que el los ciudadanos de Ceuta o Soria.

La gran crítica que se suele hacer con respecto a este aspecto de a LOREG es que hace que el Congreso, que es la «Cámara de representación de la población», no cumpla esa función de representar a la población.

.

.

 Excesivo peso de los partidos nacionalistas en el Congreso

¿Por qué si CIU obtiene 1 millón y medio de votos se le asignan 11 diputados y si IU recibe ese mismo millón y medio de votos  sólo recibe 3?

La culpa es de la ley D´Hont. Esta fórmula se basa en una sistema de asignación proporcional de escaños, que lo que busca, como hemos visto, es el objetivo teóricamente bueno de  garantizar la representación de las minorías territoriales. El problema es que, para lograr este objetivo, la ley D´Hont «premia» la concentración de votos. De este modo, termina favoreciendo a los partidos nacionalistas, en detrimento de las formaciones pequeñas.

¿ Por qué?

Porque los votos que reciben los partidos nacionalistas están «concentrados» en su provincia (pocas personas votan a Coalición Canaria fuera de Canarias), mientras que partidos como UPyD o IU, que puede que reciban un número de votos similar al de los nacionalistas, obtienen sus votos de todo el territorio nacional, y eso hace que se «difuminen», por así decirlo.

La manera de entender esto completamente es con un ejemplo numérico. La LOREG pone uno dentro de su articulado que explica cómo se reparten los escaños. Como no sabría cómo explicarlo aquí, sin tablas ni dibujitos, os copio un enlace a una presentación interactiva de El Mundo donde explican ese mismo ejemplo de manera bastante clara.

http://www.elmundo.es/especiales/2004/03/espana/14m/diccionario/dhont.html

También, para haceros una idea de qué provincias salen mejor paradas en el reparto automático que he expliacado antes, aquí tenéis las gráficas de población. Las provincias de menos población salen beneficiadas sobre las de población media. A las grandes no les afecta este perjuicio ya que suman muchos más de los 2 diputados automáticos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Provincias_de_Espa%C3%B1a_por_poblaci%C3%B3n

 

En el próximo post veremos algunas de las propuestas que se han hecho para solucionar estos problemas. Algunas de ellas podrían ser efectivas, así que es bueno conocerlas para poder presionar para que se hagan.

Ya sabes, si te ha servido de algo esta información: ¡difúndela! Cuanto más sepamos y cuántos más seamos, más fuertes seremos.


Deja un comentario

Categorías